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  José Verón  y  Juan Verón

Poemas originales de ITINERARIO
Autor: José Verón Gormaz
(*) excepto "En el silencio" por Juan Verón

Notas:
- algunos textos han sido modificados por el propio autor, o con su consentimiento, para su utilización como letras de canciones.
- El nombre y la fecha, dentro de los paréntesis, corresponden al libro donde se encuentra cada poema y a su fecha de publicación.
 

LA ESCAPADA

(Libro de horas perseguidas-2005)


Como una triste sombra caminaba
sin hallar el perdón que perseguía,
sintiendo que la calle me vencía
y el creciente silencio me cercaba.

La noche en torno al tedio se cerraba.
La lluvia en sus empeños insistía.
En ellas la insustancia competía
con las luces que el suelo reflejaba.

En un tugurio entré para evitar
el naufragio que ya era inevitable.
Tomé una copa, me acerqué al espejo

y vi en mi imagen, burla del azar,
otra sombra que existe, inexorable,
atrapada en la farsa de un reflejo.


EL GRITO

(A orillas de un silencio-1995)
                                                        
Al pintor Edvard Munch


El grito es un raudal de incertidumbre,
un cuchillo que divide al instante,
que corta a la esperanza
                                   y al silencio.

El grito es una herida
                  que sangra borbotones
                         de angustia sorprendida.

El grito es un poema fugitivo.
 

ITINERARIO

(El naufragio perpetuo-1999)


No podía esperar que las palabras
nos mostrasen, de noche, sus almas de cristal.

No podía esperar que los vientos
llovieran, al calmarse, soledades.

No podía esperar que, entre las horas,
la incertidumbre, al alba, se durmiera
para soñar la luz de lo sublime.

No podía esperar,
pero esperaba.
 

RETRATO DEFENSIVO

(Tríptico de silencio-1984)
 

Aspirando con ansiedad el humo

un cigarro le protege de lo desconocido.
 

LA SENDA ERRADA

(Libro de horas perseguidas-2005)


¡Ay de las horas que hilan sus minutos
con ecos de una voz desesperada!
¡Ay de los días que urden en la nada
del silencio los transparentes lutos!

Los jinetes del tedio son astutos;
no sientes el tropel de su llegada,
ni entiendes que su furia sosegada
vaya hilando sus reinos diminutos.

Y arde la soledad sobre los días,
que hurtó a la vida el deplorable beso
de las ciegas cenizas del error.

Sólo quedan, desiertas y vacías,
islas muertas que esperan el regreso
del tiempo ardido en nombre del amor.
 

ABISMO

(Ceremonias dispersas-1990)


Esa es,
esa es la imagen,
esa,
esa es la imagen que tú sueñas
cada vez que despiertas,
cada vez que tus ojos contemplan el vacío
que preludia lo eterno inalcanzable.
 

EL PORVENIR DE UNA DESILUSIÓN

(Auras de Adviento-1988)
                                       
A Billie Holliday

Sintiéndolo bastante,
está lloviendo sobre el desierto urbano.
Las señoras y los caballeros
despliegan los paraguas y las lenguas de fuego.

Está lloviendo sobre la barbarie.

Han crecido las puertas
las calles han crecido,
las húmedas ventanas se desnudan
bajo el peso furtivo de la lluvia.

La unidad de lo estable
ya no existe:
cantan los gallos de la madrugada,
porque la reina de la noche ha muerto.

Hay paz en los abismos.
Crece una bruma funeral desde el asfalto.

Oscura lluvia muerta.
Llueve sombra.

El cielo
se derrumba.
 

LA CONDICIÓN VARADA

(Auras de Adviento-1988)


Si ofenderme quisiera la quebrada
torpeza del desánimo,
si coronado por flores ya marchitas
me entregaran las llaves del reino del silencio,

alzaría mi copa.

Alzaría mi copa, como una despedida
brindaría al amparo de la noche infinita,
y volvería a ser lo que ya fui:
un perdedor constante dispuesto a levantarse,
un poco altivo cuando se precisa,
sin odio y con desprecio al bárbaro encumbrado,
más propenso a los sueños imposibles.

Si en el margen me viera nuevamente
(¿estuve alguna vez en otra parte?)
acosado por sombras de espadas invisibles
y resuelto por la esteparia mirada del olvido,
como en el pobre oasis celebrado
por un ancho desierto de palabras;
si condenado a un silencio secreto
la negra fe en la nada me ocupara,
lo que siempre he negado volvería yo a ser:
un poeta errabundo
                                atado con cadenas,
                                pero vivo.
 

¿SU TRIUNFO?

(Tríptico de silencio-1984)


Fecundos e
insaciables
los Rostros Invisibles
necesitan más víctimas

Acabarán por devorar
                    sus ruinas.


SOMBRA POR VENIR

(El exilio y el reino-2005)


Siento caer la noche muy despacio
como un sendero oscuro entre la fronda
que hasta otra tierra siempre condujera.

Pero en la nueva senda suenan pasos
que vienen lentamente, inexorables,
arrastrando cadenas,
        devorando sombra,
cumpliendo una amenaza irremediable.

Invisibles presencias conversan con el tiempo,
se pelean, discuten.

La mañana dirá
                     la última palabra.


GUITARRA VIVA

(Libro de horas perseguidas-2005)


La sangre de tus cuerdas es el viento,
que usurpa a las distancias el sonido
de un corazón, abierto hacia el olvido
por la escondida fuente de un lamento.

La serena mirada del momento
anida en el misterio adormecido,
que en tu noche redonda se ha perdido
y amanece en la aurora de tu aliento.

De tu oscura ventana escapan roces
de viento y de metal: son notas vivas
que invaden el silencio con sus voces.

En el mástil, las horas son cautivas
que libran al soñar –siembra de goces-
tu espíritu de notas fugitivas.


PARÁBOLA DEL AGUA

(Ceremonias dispersas-1990)


El agua,
cuando es sangre de río que camina,
llena está de frescura;

más cuando detenida
                    en quieta charca posa,

cálida se torna
                    y púdrese.

¡Agua parecen ser
                       las ilusiones!
 

GALANTERÍA

(Auras de Adviento-1988)


De esta gentil manera
              el juez itinerante habló a la Dama

“Vuestra cabeza hermosísima
          digna es de su noble ascendencia;

                  cortémosla, madame”


HUMANUS

(Instrucciones para cruzar un puente-1983)


Oh, cómo sabes, cómo me reconoces,
cómo llegas al fondo de mis límites,
tú,
compañera, paciente, sembradora de paz.

Te he contemplado, te he visto llorando
con lágrimas que saltaban de amor,
acongojada,
de noche,
redentora,
sufriendo por estas brisas ácidas
que la vida nos presta obligatoriamente;

he visto agujas de dolor en tus lágrimas,
he visto mares de ternura bajo tus lágrimas
he visto la injusticia lavada por tus lágrimas,
he visto el mundo florecer con tus lágrimas.

Así es, compañera, no sólo hay besos,
no existe en nosotros solamente cariño
ni dulcísima lucha, ni palomas,
hay algo oscuro que acecha en las esquinas,
hay algo doloroso
tras las paredes cubiertas de armarios y de libros,
algo invernal, hiriente, tú lo sabes,
algún silencio viejo y descorazonador
que esta noche se ha transformado en llanto.
 

EN EL SILENCIO (*)

(*) poema de Juan Verón
                                    
Al poeta José Verón Gormaz


En el silencio hallé
versos cargados de ilusión,
ritmos pausados,
poemas en libertad.

En el silencio hallé
versos callados que hablan de amor,
voces sinceras,
una bella canción.

Melodías calladas,
        recuerdos del pasado.
Memorias del mañana,
        que hoy son silencio.

En el silencio hallé,
viejas leyendas que ayer creí:
hadas y brujas,
princesas de papel.

Recuerdos de mi niñez,
obras de la imaginación:
reloj de aire,
castillos de algodón.

Melodías calladas,
        recuerdos del pasado.
Memorias del mañana.

Hoy son silencio.