El silencio viviente
 
Esta nueva exposición del poeta y fotógrafo José Verón Gormaz recibe un título extraño en apariencia, aunque realmente no sea nada raro el hecho de que existan silencios vivos si miramos, por ejemplo, hacia el reino vegetal. Sin embargo, esto se olvida frecuentemente. También se olvida que el silencio de las fotografías esconde voces, rumores, latidos, historias, sueños... En una palabra: vida.

            El silencio viviente de Verón Gormaz recoge algunas de las imágenes que han provocado en el fotógrafo esta sensación de vida callada, de tiempo remansado y sin embargo activo, de proximidad más o menos concreta con el poema visual. Sea en ambientes naturales o externos, o bien en las diversas zonas de la urbe, la cámara de Verón ha tratado de expresar los sentimientos propios y también, por qué no, los ajenos. El silencio horizontal de Delta del Ebro, las formas heridas de las Bardenas, los montes ( con castillos) de Calatayud, la bucólica soledad del río Cinca, el alto rumor de los pueblos aragoneses: he aquí algunos de los temas de El desierto viviente. Estas fotografías, en diversas ocasiones,  han sido calificadas como poemas visuales. Verón suele decir que “la fotografía que no se siente en el instante de captarla, difícilmente puede conmover  a quienes la contemplen después”. De ello ha dado fe en sus más de 100 exposiciones y sus publicaciones diversas, que lo han situado en un lugar privilegiado dentro de la fotografía española de paisaje.

            La exposición El silencio viviente,  que ofrece la galería A del Arte, es una nueva muestra de la fotografía paisajística veroniana, sustentada en la exacta composición y la naturalidad del color como elementos básicos de la expresividad.